Basado en la producción musical, el trabajo de campo etnográfico y la investigación musicológica, el proyecto saca a la luz el sonido ancestral en la resistencia de siete voces, herederos de innumerables ancestras que murieron en el olvido a través de los más de 300 años de historia del bullerengue. Viniendo de cuatro aldeas y grabadas por primera vez, estas siete voces prueban que la música de bullerengue es un medio con funciones sociales y psicológicas que ha permitido a sus portadores adaptarse a la marginación adversa mientras resisten, recuperan y proyectan las ontologías futuras basadas en el respeto por la vida, la naturaleza y la tierra ancestral. El Bullerengue es una tradición afrodescendiente de canto y baile liderada por mujeres ancianas en el Caribe colombiano. Debido a sus raíces marginales, su historia fue invisible para las principales industrias culturales de Colombia desde la época colonial hasta finales del siglo XX. Las nociones del género con fórmulas comerciales simplistas impregnaron el mercado regional en los años ochenta. Hasta finales de la década de 1990, Petrona Martínez fue pionera en la grabación de bullerengue con su instrumentación tradicional cuando emergió en el mercado europeo de la música mundial. Hasta la fecha, el bullerengue continúa sobreviviendo en la región marginalizada y rural del Caribe con una escasa discografía de circulación limitada. A pesar de la marginación política, racial y económica de la región, Petrona Martínez y Magín Díaz han logrado reconocimientos internacionales que incluyen nominaciones al Latin GRAMMY®, y en el caso de Díaz, la gratificación de dos premios GRAMMY® (Estados Unidos y América). Anónimas y Resilientes (anónimas y resilientes) surgieron de un sueño de Petrona Martínez (b.1939). Ansiaba organizar una rueda de bullerengue como las de sus antepasadas, pero creía que los cantantes de mayor edad en la región del Canal del Dique eran cosa del pasado. Manuel García-Orozco (a.k.a Chaco), el productor musical detrás de los recientes logros de Martínez y Díaz, emprendió la búsqueda de Voces de bullerengue en el campo. Junto con los percusionistas Guillermo Valencia y Janer Amarís, Chaco reunió a Voces del Bullerengue, siete voces que habían vivido en el anonimato hasta ahora: Juana Rosado (n. 1939) de Evitar; Fernanda Peña (b.1929) Y Antonio Berdeza (b.1929) de San Cristóbal del Trozo; Juana del Toro (b.1938) de San José de Playón; y Mayo Hidalgo (b.1956), Rosita Caraballo (b.1966) y Jaiber Perez Cassiani de María la Baja. El álbum se grabó en el estudio de grabación de la comunidad en Palenque-Colombia, la primera ciudad libre de las Américas. La producción tuvo que superar los obstáculos inextricables de la marginación de la región, como los apagones debidos a la inestabilidad de la electricidad y la falta de caminos que se pueden cruzar a San Cristóbal del Trozo. Al final, estos cantantes de bullerengue se enorgullecieron de grabar su primer álbum y perpetuar los legados de sus antepasadas. "A través de la producción musical, conservamos sus voces; A través de la investigación etnomusicológica, conservamos sus testimonios biográficos; y a través de las artes gráficas, nuestro objetivo es retratar visualmente la riqueza cultural de la herencia afrocolombiana." - Manuel García Orozco El álbum es un paquete artesanal hecho a mano e impreso como la serigrafía del arte y la risografía.
Diseñado por el equipo galardonado con varios premios Grammy y Latin Grammy, Cactus Taller Gráfico. Además de las actuaciones musicales, el álbum presenta un folleto con la investigación que fundamentó el proyecto y los relatos autobiográficos de cada voz. |